Leer el Tarots es agotador, porque es un acto intelectual de reflexión y razonamiento. Como cualquier actividad en la que tienes que “pensar” lo que estás haciendo, el cerebro está energizado y por lo tanto, se cansa, es biológico.
El cerebro es un órgano que consume mucha energía, por lo tanto, más allá de cualquier consideración de “energías” esotéricas, tal como lo desarrollaron mis pequeños camaradas (respeto su análisis, pero añado una piedra a su edificio), la energía física (que que recargas mientras comes) se gasta bien durante una lectura de Tarot.
Energía mental y física
Personalmente, cuando leo los Tarots, no miro el gasto, me concentro, pienso, razono, escucho mis intuiciones y casualmente pasa algo.
Por lo tanto, realizar una o dos horas de lectura intensiva del Tarot no es trivial en términos de gasto calórico. La fatiga que se siente proviene, fisiológicamente, ciertamente, de ahí.
Hay dos tipos de prácticas: prácticas activas y prácticas pasivas
Las prácticas activas son las relacionadas con el magnetismo, el reiki, la creación de dagydes o egregores, rituales y ceremonias.
Las prácticas pasivas son aquellas que se relacionan con la psicometría, clarividencia, adivinación / tarología / taromancia.
La diferencia entre los dos es que las prácticas activas “exigen” su energía para funcionar (por ejemplo, durante una sesión de curación, el terapeuta usará su energía para tratar a una persona). En las prácticas pasivas, el practicante no usa su energía sino que, por el contrario, permanece abierto y atento a sus sensaciones internas, porque son las energías externas las que lo guiarán.
Con Alicia Collado y sus opiniones podrás saber más sobre estos temas.
¿Cómo funciona esto?
Cuando lees el tarot, ¡no necesitas poner tu energía en acción! Entonces, con respecto a su problema, hay varias posibilidades:
- o simplemente tiene una pérdida de energía debido a factores externos (fatiga, deficiencias, estrés …)
- o, inconscientemente, intentas transformar el acto de leer cartas, que es una actividad pasiva, en una actividad activa y, por lo tanto, intentas poner tu energía en ella (excepto que, como la energía no sirve para nada en este tipo de casos, se pierde y cansarse por nada)
- o el hecho de disparar e interpretar requiere mucho pensamiento en el desarrollo de sus interpretaciones (a menudo es el caso de personas concienzudas que tienen miedo de olvidar detalles o de equivocarse en la interpretación) en cuyo caso el problema es no en tu energía, sino simplemente en tu cerebro que se cansa, exactamente como cuando acabas de escribir 10 páginas de contabilidad o cuando llegas al final de una gran novela y te sientes aliviado de poder respirar un poco.
Paso siguiente
De lo contrario, la última posibilidad que es un poco más compleja, un poco más rara también, pero que no es del todo imposible: resuenas con el problema expuesto y te parasita.
Para comprobar esto, es simple: cuando le robas las cartas a alguien (no para ti, para otros), ¿bostezas, eructas o suspiras a menudo? Porque estos son tres de los signos más obvios de una desaceleración vibratoria que a menudo es el resultado de la resonancia.